Que nunca calle el golpe de nuestros corazones
El sonido de la vida
Desde lo más primitivo de nuestro ser
Que no calle nunca el golpe del tambor.
Que siga la danza y siga la comparsa
Que mientras la música suene, aquí se baila.
Se baila con pasión y revolución
Al son de la percusión.
Desde lo más instintivo de nuestro ser
Nunca dejen de sonar los tambores
Los que marcan el ritmo del corazón.