Miradas

Me aterra la mirada ajena, a pesar de mi edad creo que aún soy una niña. Y no en un buen sentido de mantener vivo al niño interior, sino de aún no tener la capacidad de enfrentar al mundo.

A veces me cuesta mantener la mirada con alguien más, huyo. Estoy acostumbrada a una mirada crítica, de esas que te juzgan y en un segundo te hacen sentir un bicho raro. A veces logro ganar confianza y decir «me importa una mierda lo que piensen los demás, soy lo que soy y a mi me basta» pero al sentir esa mirada se derrumba todo y me aterro.

Y es peor cuando me gusta una persona. Cualquiera «lo intenta», yo huyo. Tengo miedo de hacer el ridículo, de molestar, pienso que no soy suficiente y si me mira, me avergüenzo y bajo la mirada y ahí muere toda la magia.

Entendí que siento vergüenza de mi, siento no ser suficiente, me siento horrible, siento que si me miran y abro la boca voy a hacer el ridículo. Entonces huyó. Y cada vez soy más bicho raro, porque no solo estoy fuera del estereotipo, sino que tampoco hablo, no me acerco a los que tengo a mi alrededor. Me aterro aún más y me avergüenzo más y me cierro más y termina el día y veo como sigo repitiendo siempre el mismo error.

Deja un comentario